Texto extraido de la web http://www.xtriatlon.com/
El planeta de los Ewoks
7 enero 2008. Objetivos y sueños
Un objetivo tiene que ser ambicioso, cuantificable y alcanzable. Marcarse un objetivo poco ambicioso tiene poco sentido, el que algo sea difícil de conseguir es lo que nos lleva a definirlo como objetivo. Cuantificable, porque si no no hay manera de saber si lo hemos cumplido o no, un objetivo definido de forma ambigua solo sirve para engañarnos a nosotros mismos. Si la definición no es inequívoca, siempre encontraremos la forma de convencernos de que lo hemos logrado, o por el contrario nunca tendremos la seguridad de haberlo hecho. Y alcanzable, porque si no lo es el único resultado posible es la frustración y el desanimo.
Un sueño en cambio puede ser como nos de la gana, que para eso es un sueño. Nuestra imaginación es el único sitio donde somos realmente libres, así que allí no hay límites ni reglas.
Eso no quiere decir que los sueños no puedan convertirse en realidad y cumplirse, yo ahora me planteo como objetivos cosas que hace 10 años no me hubiese atrevido a soñar.
Volviendo a los objetivos, la frontera entre lo ambicioso y lo realizable viene marcada por la personalidad de cada uno, es un terreno gris e indefinido, en el que se encentra la frontera entre lo real y los sueños.
Algunos viven firmemente anclados a la realidad, el miedo al fracaso les lleva a marcarse objetivos demasiado fáciles. Plantan un campo de minas entre el mundo de los objetivos y el de los sueños, o lo que es peor aun, no se permiten a si mismos soñar. Logran sus objetivos a menudo, pero estos son menos satisfactorios, y aunque la probabilidad de fracasar es menor, cuando ocurre es más doloroso y más difícil de aceptar.
Otros viven inmersos en un sueño del que nunca despiertan, se marcan objetivos inalcanzables, normalmente difíciles de cuantificar, evitan así la frustración del fracaso constante.
En otro grupo están aquellos para los que el mundo de los objetivos y el de los sueños se solapan, se marcan objetivos muy ambiciosos, tanto que parecen inalcanzables, pero creen tan firmemente en ellos que los persiguen con tozudez y constancia, los definen y cuantifican, y solo a veces, consiguen hacerlos realidad.
Pertenecer a este grupo es peligroso, la frustración esta siempre a la vuelta de la esquina, y solo los que saben manejar estos sentimientos, los que saben alimentarse del deseo y la insatisfacción, y saben asumir el fracaso como parte del juego logran ser felices.
Los que pertenecen al primer grupo suelen confundir la ambición de los del tercero con soberbia, prepotencia, o desprecio a los rivales. No se dan cuenta de que es el reconocimiento de los rivales lo que le da grandeza a los objetivos.
Nadie pertenece inequívocamente a un grupo, pero casi todos estamos más cerca de uno o de otro. Navegamos por ellos en función de nuestro estado de ánimo.
¿Como podemos definir nuestros objetivos triatléticos de forma medible?
Desgraciadamente no podemos... las marcas dependen de la climatología y de la dificultad del circuito, los puestos dependen de los rivales tanto como de nosotros mismos.
Por tanto el grado de éxito en la consecución de los objetivos es al final subjetivo y personal, pero eso no nos impide que nos marquemos hitos concretos y medibles que definan el camino hacia nuestros sueños.
Alvaro Velázquez.
2 comentarios:
muy bueno ...
Mola mucho el texto. Yo más que con sueños identifico mis objetivos con retos que me voy marcando. Para mí la clave es disfrutar muchísimo preparándolos.
Por ejemplo, me gusta eso que dicen que el maratón se corre durante cuatro meses y se termina cuando estás frente a la línea de salida. Pues algo así debe ser el ironman pero a lo bestia ¿no?
Nos vemos
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