jueves, 28 de febrero de 2008

Maratón del Sahara

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Una aventura en el desierto

El maratón del Sahara no es un maratón más y por eso ésta no puede ser una crónica más. Antes de comenzar a relatar la parte menos importante, la carrera, quisiera comentar algo acerca de lo realmente importante del viaje. el contacto con el pueblo saharaui.

Como muchos ya sabréis, el Sahara Occidental era una antigua colonia española ubicada entre Marruecos y Mauritania. En 1975, con el régimen franquista agonizante, el gobierno español sucumbió a las presiones de la marcha verde marroquí y abandonó a su destino a decenas de miles de saharauis, muchos de ellos ciudadanos españoles. Los que se quedaron sufrieron la dura represión del ejército invasor y los que decidieron irse fueron hostigados por la aviación marroquí, hasta que se establecieron en los campamentos de refugiados de Argelia, cerca de la ciudad de Tindouf. Desde allí organizaron su propio ejército, el Frente Polisario y empezó una guerra sin vencedores ni vencidos que termino temporalmente con el alto el fuego firmado en 1992. Desde entonces se sigue esperando la celebración de un referéndum auspiciado por la ONU, cuya celebración ha sido boicoteada por Marruecos una y otra vez.



En total hay unas 200000 personas distribuidas por cinco campamentos de refugiados o "Wylaias" que tienen los nombres de ciudades originales del Sahara Occidental. A día de hoy la situación en los campamentos es paupérrima. Están ubicados en pleno desierto en una zona extremadamente dura. Es imposible cultivar absolutamente nada y apenas consiguen mantener a unas cuantas cabezas de ganado. El sol es abrasador pero lo peor son las tormentas de viento y arena que impiden ver absolutamente nada. Además, la lluvia no es bienvenida ya que sólo aporta barro y la destrucción de sus débiles edificios.

Con estos precedentes os podéis imaginar que cuando llegas allí el choque es impresionante. La gente vive en "Haimas", una especie de tiendas de campaña o en pequeñas construcciones de adobe. No hay agua corriente ni luz eléctrica y todo tiene un aire de provisionalidad que dura ya más de 30 años. Sólo se mantiene gracias a la cooperación internacional, la mayor parte proveniente de España, y las carencias son tremendas. A simple vista no hay hambre pero los niños corren descalzos entre las piedras y los cristales, hay basura por todos lados y las condiciones higiénicas dejan muchísimo que desear.

Lo curioso es que los saharauis siguen manteiendo un vínculo especial con España. En los colegios se estudia español y casi todos los niños lo chapurrean bastante bien porque suelen pasar los veranos en nuestro país. Cuando paseas por el campamento constantemente hay niños que te saludan con un "Hola, dame caramelos".



A nosotros, Gustavo, Raúl (el hermano de Laura) y un servidor nos alojó una familia con tres niños, Lijbib, de 6 años y un auténtico terremoto; Mushab, de 8 años con un curioso acento andaluz fruto de un par de veranos en Granada y Sukeine, una niña de 12 años con un español aceptable. Además tuvimos la suerte de que el hermano de nuestra anfitiona, Ahmed, había estudiado en Cuba, con lo que disfrutamos de largas charlas tomando el té. Para ellos la preparación del té es todo un ritual que se debe realizar en familia. Un dicho saharaui explica que se deben tomar tres vasos de té, el primero amargo como la vida, el segundo dulce como el amor y el tercero suave como la muerte. Tienen pocas cosas pero todo lo han compartido con nosotros haciéndonos pasar una semana inolvidable.

No me quiero enrrollar más con este tema, sólo me gustaría deciros que hemos disfrutado de anécdotas y situaciones que nos han dejado un estupendo sabor de boca a la vez que te dejan bastante tocado. Con especial emoción recuerdo el reparto de caramelos en el colegio del barrio, los juegos con los niños de la casa, o el partido de fútbol en el que los saharahuis descalzos nos metieron un buen baño. No sé si volveré a correr el maratón pero lo que tengo clarísimo es que volveré al Sahara.

No sé donde está el límite pero sé donde no está

Esta frase no es mía, ya me gustaría. Es del triatleta y ultrafonditsta Josef Ajram y quería tomársela prestada porque me encanta y porque resume en qué ha consistido el maratón del Sahara.

El lunes, raro día para hacer un maratón, nos levantamos a las 5:30 y caminamos a oscuras hasta "Protocolo", el cento administrativo de la Wylaia de Smara, donde nos darían un desayuno previo a la carrera. A las 7 en punto Gustavo y yo nos despedimos de Rául, que iba a correr la media maraton y nos metemos en el autobús destartalado que nos llevará al campamento de El Aioun, lugar de inicio del maratón. Cuando llegamos a El Aioun hacía un frío que pelaba, calculo que unos 7 u 8 grados. Menos mal que un grupo de colaborantes españoles que estaban por allí nos distrajeron un poco con bailes y canciones populares hasta que se dio la salida. Y madre mía que salida! Éramos sólo unos 120 colgados pero todo el campamento había ido a presenciar el evento. Jeeps cruzándose de un lado a otro y corriendo al lado de camellos semidesbocados, así trancurrían los primeros metros. Nada más empezar Gustavo se va hacia delante. "Suerte amigo, tu haces otra carrera".

Ya sabéis que no había preparado esta carrera específicamente, mi idea era acabar dignamente pero sobre todo, no perderme. Este es un maratón sin calles ni tan siquiera caminos, se corre por el medio del desierto y la posibilidad de desorientarme me tenía un poco intranquilo. Los primeros kms transcurren tranquilamente, hay viento de cara que fastidia bastante pero afortunadamente no levanta arena y el día es claro, con lo que se ven sin problemas los postes de señalización distribuidos cada 300 o 400 metros. Intento buscar a un grupillo en el que me encaje el ritmo para unirme a él pero no acabo de ir cómodo. Al poco rato estoy sólo con una alemana de unos cincuentaytantos años que me come la moral. Existen avituallamientos con agua cada 2 o 3 kms pero no está permitido coger la botella. Hay que parar, beber y seguir corriendo. La jodida alemana no paraba nunca y yo cada vez que paraba a beber, que era siempre porque estaba concienciado del peligro de deshidratación en el desierto, tenía que forzar el ritmo para volverla a coger.

Después de un rato acabo hasta las narices de la alemana y dejo que se vaya, ¿o será que ella iba mucho mejor que yo y decidió dejarme atrás? Bueno, el caso es que paso el km 10 en 52' ya completamente sólo. Afortunadamente veía siempre a gente por delante y por detras, lo cual me daba una buena sensación de seguridad. En esta primera parte el terreno es duro y pedregoso, además de bastante plano. Se puede correr bastante agusto y el solo todavía no pega demsiado.

Aunque voy bien, voy notando el paso de los kms y en el paso por el km 15 me tomo la primera pastilla de dextrosa porque empiezo a sentir que me falta algo de ritmo en las piernas. Ya se ve Ausser en el horizonte, lugar de paso por la media maratón y me digo a mí mismo que por lo menos tengo que llegar allí corriendo. Y la verdad es que se me hizo bastante fácil ya que desde dos o tres kms antes había un montón de mujeres y niños animando con cánticos y gritos. Ya me conocéis, me gusta corresponder al pùblico sus ánimos y no paraba de aplaudir a diestro y siniestro...¡menudo subidón! El paso por la media es alucinante, un pasillo de unos 150m con un ruido ensordecedor y yo que segúia con mis aplausos con lo que el público se encendía aún más. Qué buen recuerdo guardo de este momento. El tiempo de paso por la media es de 1h50', bastante bien aunque ya sabía yo que esto no podía durar mucho más.

A partir de aquí me concentro en autoengañarme, "Venga Sergio, corre hasta las 2 horas" y luego "Vamos, no seas marica, sigue 10 minutos más". Y así hasta el km 27 o 28. En esta parte de la carrera hay un montón de pequeñas colinas con dunas y es dificilísimo avanzar por ellas porque se te hunde la zapatilla hasta el tobillo. Para colmo, en una de las subidas me adelanta un español y me dice: "Claro, tú te hundes más porque con lo que pesas...." Será cabronazo el tío :-)) Y de repente ya he dejado de correr.

Y comienza mi infierno particular. Como dice Gustavo, lo malo de parar de correr en un maratón no es hacerlo la primera vez sino que una vez que lo has hecho ya no encuentras un motivo para no hacerlo una y otra vez. Pues eso hacía yo, correr y ponerme a andar cuando tenía que afrontar la subida a una duna o cuando las piernas me decían basta. Me adelanta bastante gente aunque también soy capaz de coger a algún cadáver que estaba peor que yo. Aquí me divierto observando a la gente tan friki que participa en la carrera: está el sueco que se para a hacer de vientre como si nada al lado de un avituallamiento, dejando boquiabiertas a las chicas saharahuis que lo mantienen; o un noruego que no para de correr nunca pero que lo hace a un ritmo tan cansino que casi voy yo más rápido andando. Cada vez que nos pasamos mutuamente me farfulla algo en noruego y a continuación dice "¡nothing important!" y sigue a lo suyo. Pero lo que me dejó flipado es un saharaui al que adelanté que casi no podía mantenerse en pié. Cuando le alcanzo me doy cuenta de que está corriendo con zapatos de vestir. Y nosotros con las zapatillas de 130 euros, nuestra ropa técnica, nuestras gafas de sol último modelo.. Y llega un saharaui en chándal y con zapatos de vestir y te das cuenta de que lo paquete que eres.

De esta guisa vamos pasando la parte de dunas y, a pesar de que ya llevo más de 3 horas y media de carrera, y de que el sol aprieta muchísimo me voy encontrando cada vez mejor. Cada vez corro más y ando menos y vislumbrar la meta de Smara a lo lejos hace que aparezcan fuerzas donde pensaba que ya no quedaba nada. Los últimos kilómetros los hago de buen rollo con un italiano majete que me alcanza. Entramos en Smara como unos campeones, saludando a la poca gente que había en la calle (entre el calor que hacía y que ya habían visto llegar a los de las otras carreras la gente del pueblo pasó de ver el final del maratón) y llegando a meta eufórico cuando me encuentro a Rául y Gustavo, que me están esperando para felicitarme. ¡LO HE LOGRADO! 4h18', ni siquiera es mi peor marca en un maratón. Estoy contentísimo, completamente emocionado porque sinceramente tenía mis dudas.Gustavo hizo un carrerón acabando en 3h32' y Raúl, que corrió la primera carrera de su vida en la media maratón acabó con unos muy dignos 2h12'.



Lo dicho, no sé si volveré a correr este maratón pero seguro que vuelvo al Sahara. Por cierto, había un mejicano que completó su reto de correr 7 maratones en 7 continentes en menos de 1 año, incluyendo uno en el Polo Norte (sí, sí, a latitud 90ºN) a temperaturas inferiores a -40ºC, ¿qué dices Gustavo....?

lunes, 25 de febrero de 2008

¿Corren los pies o las zapatillas?

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Mientras esperamos ansiosos noticias del desierto, os cuento mi curiosa experiencia del sábado pasado en la Carrera Popular de Padrón (A Coruña).
 
Se trata de una carrera de 10.500m, dos vueltas de 5.250m cada una, en la que la primera mitad pica hacia abajo y la segunda mitad hacia arriba, por un recorrido entre feo y horrible, al lado del río por recorrido "mixto": asfalto, carril bici, calle, empedrado y escalones. Este año fue gratuita, (sólo había que pagar 2€ por el alquiler del chip) con unos 700 participantes, y ambiente de fiesta de pueblo. Se disputó en la tarde del sábado, justo cuando empezaban a caer las primeras gotas de agua del frente que atraviesa la península, por lo que el circuito urbano estaba realmente resbaladizo. Pues bien, lo curioso es que tras no bajar de 41:10 ni en Aranjuez ni en la San Silvestre con las Asics de 100€, mallas, camiseta técnica...me presento en Padrón con unas zapatillas de jugar al tenis medio rotas con un agujero en la suela a la altura del talón, un pantalón de fútbol, una camiseta de 6€ del decatlón y de regalo una migraña terrible que me torturaba desde el jueves...y me sale el carrerón del año: 42:39 en meta y marca personal de 40:41 en el 10.000m.
 
La verdad es que como casi siempre salí haciendo el cafre, situándome en las primeras filas de salida, y con la inercia hice el primer km en 3:40 y el segundo en 3:47. Cuando me di cuenta de que iba entre los 50 primeros y ese ritmo era como hacerse el hara-kiri, bajé a 4:07-4:10, ritmo al que hice los 7 siguientes km mientras me pasaban docenas de corredores. En la parte final apreté algo picado con un tipo que me había escupido en el pie sin preocupación ni disculpa alguna y cerré el último km en 3:42. 145 en la clasificación, y 2 o 3 puestos delante del villano del salibazo.
 
Si es que a la duatlón de Rivas dan ganas de ir de traje y corbata...

lunes, 18 de febrero de 2008

Combi dos Torejón

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Como Manu está liado y aprovechando que estoy de viaje y aburrido en el hotel (no quiero entrenar mucho esta semana) voy a hacer la crónica de la carrera de ayer.

Para los que no lo sepáis una combi-dos es una carrera por parejas en la que se dan varias vueltas a un circuito. En cada vuelta, exceptuando la primera en la que los dos van corriendo, un componente debe ir corriendo y otro en bici. La gracia está en que deben ir juntitos porque si no te descalifican. Al finalizar cada vuelta se puede optar por cambiar o no.

Evidentemente, a no ser que el circuito sea muy técnico para la bici, y el de ayer no lo era, el que va en bici va descansando. Lo que me gusta de la carrera es sobre todo el tema de hacerlo por parejas, ya sabéis que a mí me va mucho lo del espíritu de equipo.

Bueno, pues tras la palicilla del sábado nos presentamos en Torrejón Manu y yo con la intención de ganar a Óscar y un colega de su ex-curro. El circuito es de 5km y había que completar 5 vueltas al mismo. En total, cada uno haríamos 15km corriendo y 10km en bici.

Como os he dicho, en la primera vuelta los dos componentes la hacen corriendo. Como habíamos pacado que Manu correría también la 2ª vuelta salimos a su ritmo que era bastante fuertecillo. O eso me parecía a mí porque Óscar y su pareja nos adelantan y nos empiezan a sacar metros. Vamos pasando los kms de 4:10 a 4:20 y cada vez nos sacan más. Le digo a Manu que esté tranuilo, todavía le queda una vuelta más y hay que regular. Llegamos a la primera transición y nos sacan como 150m de ventaja. Hacemos muy rápida la transición y conseguimos empezar la segunda vuelta en cabeza aunque poco después nos vuelven a alcanzar. La segunda vuelta transcurre sin sobresaltos, yo tranquilamente descansando en la bici y Manu dándolo todo.

Llegamos juntos a la transición pero la volvemos a hacer muy bien (lo habíamos ensayado, je, je) y les sacamos como 15 segundos al empezar la segunda vuelta. En cuanto me pongo a correr me noto altísimo de pulsaciones, yo creo que por la adrenalina de la transición. "Tranquilízate Sergio, que esto es muy largo" me digo a mí mismo. El caso es que creo que voy a buen ritmo pero Óscar me alcanza sin esfuerzo nada más pasar el primer km. Hablamos un poco y me dice que va a hacer 2 vueltas seguidas. Pues nada, la estrategia pasa por ir a tope e intentar, o bien descolgarle o bien quemarle para la siguiente vuelta. Me pongo a dar todo lo que tengo y pasamos los kms en 4:02 y 4:05 ¡madre mía! Cuando creo que le he conseguido descolgar un poco me vuelve a alcanzar y me dice que han cambiado de planes y que cambiarán en la transición. ¡Mecachis! La estrategia a la mierda y a empezar de nuevo.

Llegamos otra vez juntos a la transición, sólo quedan dos vueltas y ahora le toca correr a Manu. Aquí es cuando se sale. Empieza a correr a saco y a sacar cada vez más y más metros a la pareja de Óscar. Había veces que me costaba seguirle con la bici. Menudo animalito! Recuerdo que el cuarto km lo hizo en 4:00.

Cuando afrontamos la última vuelta llevamos en torno a los dos minutos de ventaja, así que a no ser que me dé un pajarón creo que les ganaremos. De todas formas no me guardo nada porque conozco a Óscar y sé que está muy fino. Al final la ventaja que tomó Manu fue suficiente y conseguimos llegar a meta un par de puestos por delante.

Bueno, vaya rollo he soltado. La verdad es que disfruté la carrera muchísimo, os lo recomiendo a todos. Yo el año que viene voy a intentar convencer a Laura y hacer una pareja mixta aunque convencerla va a ser muuuuuuucho más difícil que ganar a Óscar :-))

Nada más, un saludo a todos

domingo, 17 de febrero de 2008

Gran salida Carril Bici

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Además de multitudinaria (6 armadillos), con una vuelta a un ritmo serio, fue la presentación oficial del último fichaje, Javier (y su Specialized de carbono, sin olvidar la nueva máquina de Manu, también de carbono).

El nivel en todos los sentidos está en aumento: mayor equipo, más retos, más ideas, mejores bicis ;-), ... estamos adquiriendo un gran nivel.

Otro video más, motivación a tope:


viernes, 15 de febrero de 2008

Otro buen video

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En la web de la ITU han colgado el video promocional de la Copa del Mundo 2008: http://www.triathlon.org/. Buena motivación.



Aqui os dejo otro de una llegada brutal ...

domingo, 10 de febrero de 2008

Bajar, subir, bajar, subir

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Básicamente en eso ha consistido la media maratón de Fuencarral de esta mañana pero ya sabíamos a lo que veníamos.

La he hecho junto a mi amigo Guillermo y su cuñado David y hemos disfrutado de una mañana espléndida para correr, bueno, al principio sí que hacía frío. Hemos salido tranquilos, quizás demasiado pero poco a poco con la bajada de Herrera Oria hemos ido cogiendo el ritmo. Al llegar a la carretera del Pardo he apretado un poquillo y me he quedado solo, los kms iban saliendo de 4:30 o 4:45 y tenía muy buenas sensaciones. Pero claro está, todo lo buena se acaba y al llegar el km 13 había que afrontar toda la subida hasta la tapia del Pardo. Según palabras de Guillermo "nunca me había imaginado que en una carrera se pudiera subir tanto". De todas formas no iba mal, en la bajada he intentado recuperar un poquillo pero ya empezaba a ir tocado. Lo peor ha sido la subida a Montecarmelo, me he quedado clavado y Guille, que venía con mucha fuerza, me ha pasado en el km 19, iba como una moto. De allí a la meta relajado porque la idea era acabar con ganas de seguir corriendo aunque la verdad es que he acabado algo fundido. Eso sí, he tenido fuerzas para aplaudir a Laura y a su padre que me estaban animando en la última cuesta.



Al final 1h41'45'', algo más de lo que esperaba pero dado el perfil no estoy demasiado descontento.

La decisión está tomada: A POR EL MARATÓN CON DOS COJONES!!!! Van a ver esos africanos como se las gastan los armadillos.



Esto lo ha escrito Laura (nuestra fotógrafa) y ya que lo ha escrito le hace ilusión que lo publique:
" una vez terminada la carrera me he dado cuenta de que esa es la distancia que más se ajusta a mi actual estado físico. No he conseguido ganar a Guille, pero bueno, había gente detrás de mi. La camiseta es muy chula, de un color muy discreto. Creo que me la llevaré al Sahara para no perderme. Lo mejor de la mañana ha sido el desayuno, a las 12, como un marqués. Y por lo demás, ahora me voy a meter una paella entre pecho y espalda........."

jueves, 7 de febrero de 2008

Objetivos: Sueños y Realidades

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Texto extraido de la web http://www.xtriatlon.com/
El planeta de los Ewoks
7 enero 2008. Objetivos y sueños
Un objetivo tiene que ser ambicioso, cuantificable y alcanzable. Marcarse un objetivo poco ambicioso tiene poco sentido, el que algo sea difícil de conseguir es lo que nos lleva a definirlo como objetivo. Cuantificable, porque si no no hay manera de saber si lo hemos cumplido o no, un objetivo definido de forma ambigua solo sirve para engañarnos a nosotros mismos. Si la definición no es inequívoca, siempre encontraremos la forma de convencernos de que lo hemos logrado, o por el contrario nunca tendremos la seguridad de haberlo hecho. Y alcanzable, porque si no lo es el único resultado posible es la frustración y el desanimo.

Un sueño en cambio puede ser como nos de la gana, que para eso es un sueño. Nuestra imaginación es el único sitio donde somos realmente libres, así que allí no hay límites ni reglas.

Eso no quiere decir que los sueños no puedan convertirse en realidad y cumplirse, yo ahora me planteo como objetivos cosas que hace 10 años no me hubiese atrevido a soñar.
Volviendo a los objetivos, la frontera entre lo ambicioso y lo realizable viene marcada por la personalidad de cada uno, es un terreno gris e indefinido, en el que se encentra la frontera entre lo real y los sueños.

Algunos viven firmemente anclados a la realidad, el miedo al fracaso les lleva a marcarse objetivos demasiado fáciles. Plantan un campo de minas entre el mundo de los objetivos y el de los sueños, o lo que es peor aun, no se permiten a si mismos soñar. Logran sus objetivos a menudo, pero estos son menos satisfactorios, y aunque la probabilidad de fracasar es menor, cuando ocurre es más doloroso y más difícil de aceptar.

Otros viven inmersos en un sueño del que nunca despiertan, se marcan objetivos inalcanzables, normalmente difíciles de cuantificar, evitan así la frustración del fracaso constante.

En otro grupo están aquellos para los que el mundo de los objetivos y el de los sueños se solapan, se marcan objetivos muy ambiciosos, tanto que parecen inalcanzables, pero creen tan firmemente en ellos que los persiguen con tozudez y constancia, los definen y cuantifican, y solo a veces, consiguen hacerlos realidad.

Pertenecer a este grupo es peligroso, la frustración esta siempre a la vuelta de la esquina, y solo los que saben manejar estos sentimientos, los que saben alimentarse del deseo y la insatisfacción, y saben asumir el fracaso como parte del juego logran ser felices.

Los que pertenecen al primer grupo suelen confundir la ambición de los del tercero con soberbia, prepotencia, o desprecio a los rivales. No se dan cuenta de que es el reconocimiento de los rivales lo que le da grandeza a los objetivos.

Nadie pertenece inequívocamente a un grupo, pero casi todos estamos más cerca de uno o de otro. Navegamos por ellos en función de nuestro estado de ánimo.

¿Como podemos definir nuestros objetivos triatléticos de forma medible?

Desgraciadamente no podemos... las marcas dependen de la climatología y de la dificultad del circuito, los puestos dependen de los rivales tanto como de nosotros mismos.

Por tanto el grado de éxito en la consecución de los objetivos es al final subjetivo y personal, pero eso no nos impide que nos marquemos hitos concretos y medibles que definan el camino hacia nuestros sueños.
Alvaro Velázquez.

domingo, 3 de febrero de 2008

Hay que tomar una decisión

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Tengo que tomar una decisión y se trata de una de esas veces en las que estoy convencido de que decida lo que decida me voy a arrepentir.

Tengo que decidir si en el Sahara dentro de 3 semenas corro el maratón o sólo hago la media:
-Si corro el maratón, cuando vaya por el km 25 o 30 maldeciré el haberme atrevido y sufriré como un perro.
-Si corro la media me voy a morir de envidia viendo como Gustavo hace el maratón y pensaré, ¿por qué has sido tan marica?


El caso es que el corazón me dice que haga el maratón y la cabeza de dice que me connforme con la media. Tengo que reconocer que a día de hoy no estoy para hacer un maratón, no estoy preparado ni tengo ganas de matarme en el poco tiempo que me queda. Como soy un cabezón de primera sé que a menos que me pase algo serio acabaré el maratón pero lo mismo me voy a las 5 horas o 5 y pico y ¿en qué condiciones?

¿Qué hago?



Había pensado posponer la decisión hasta la media de Fuencarral del domingo que viene. La voy a intentar hacer en 1h40'. Si acabo bien y con ganas de seguir corriendo cogeré moral pero si acabo como la de Getafe de la semana pasada creo habrá que pensar en la media.

En fin, que espero vuestras opiniones.

Un saludo ARMADILLOS

¡¡¡ Salida con la MTB sobre nieve !!!

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Sobran las palabras para describir las sensaciones de ayer en la MTB sobre la nieve. Fue una auténtica pasada deslizarnos sobre la nieve caida el día anterior, totalmente polvo y sin hielo.
Fue la primera salida con el último fichaje del club, Miguel, el cual tienes maneras y mentalidad para llegar lejos.
Salimos desde las Dehesas de Cercedilla para subir hacia el mirador Vicente Alexandre, mirador de la Reina, puerto de la Fuenfría, y collado de Marichiva. La ascensión fue de 12 km, disfrutando de lo lindo.
La bajada fue por el mismo recorrido, pisando la nieve recién caida y provocando alguna caida tonta al ir haciendo deslizamientos por la nieve… ;-)