miércoles, 5 de octubre de 2011

Día del Triatlón - Distancia olímpica en la Casa de Campo

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El broche de oro a mi temporada de regreso al triatlón era disputar un olímpico. Después de no haberme clasificado para el Campeonato de España de Vigo, surgió la oportunidad del Día del Triatlón en la Casa de Campo, escenario de mi último olímpico hace ya dos años y medio.


La zona de boxes y el gigantesco tatami que montan los de Laetus.


Antes de nada, romper una lanza a favor de Laetus, organizador habitual de los triatlones en la Casa de Campo. Como toda organización, tiene cosas mejorables, pero su nivel de calidad es extraordinaria si la comparamos con lo que se ve en los triatlones sprint en Galicia...mejor dicho, no es comparable...está a años luz. Para muestra un botón, media hora antes de empezar, un miembro de la organización limpiaba la alfombra de la T1. En Galicia aún no he visto un metro de alfombra en un triatlón. A mí me da igual que den camiseta, que sólo den melón en la meta...yo voy a un triatlón a disfrutar con la competición y a que todo salga bien, no a que me regalen cosas.

A pesar de estar ya en octubre, y ser la salida a las 9:30, el día era perfecto para un triatlón. Nada de viento, no hacía frío, no hacía calor. Llego con Sonia a tiempo de saludar a Pablo y Sergio, calentar en la bici, montarlo todo y calentar con el neopreno en el Lago. Como siempre, la hora de la salida se echa encima de repente y bum...ya estamos otra vez entre las carpas, desde el lado izquierdo del pantalán, nadando hacia el embarcadero.

Salgo despacio pero guardando la línea recta hacia la primera boya. En la CdC la gente da un rodeo hacia la derecha, no sé por qué, pero es la impresión que siempre tengo. Llegando a la primera boya choco de frente con un grupo que entra por la derecha (los del rodeo) y me sacan las gafas. ¡Empezamos bien! Paro a colocarlas y me doy cuenta de que en el Lago se hace pie...¡y yo que pensaba que casi me ahogo en 2007!

En fin, que ahora nadando a pies en grupo tiro más rápido hacia las siguientes boyas y acabo la primera vuelta bastante atufado...debo ir fatal...miro el reloj...¡la leche! ¡pero si voy en 13:50...mi mejor tiempo en un sprint aquí es 15:10. Me tiro con un subidón tremendo y nado la segunda vuelta bastante mejor que la primera, más recto y sin recibir ni un mamporro. Salgo en unos alucinantes 13:18 que no sé de dónde los he sacado para hacer 27:08 (puesto 44 de 160) y rebajar mi marca en nada menos que cinco minutos y medio. Si en Allariz (15:10 en 800m) nadé genial para lo paquete que soy , esto ya no tiene nombre. Hoy es mi día.

La T1 me sale globera a más no poder. El neopreno comprado cuando pesaba 75kg no sale a la primera, y además paro a ponerme calcetines que mis pies no son los de antes de la lesión, bregados en trekkings y triatlones. Ahora son propensos a las llagas y prefiero perder 10 segundos que acabar con un puzzle de Compeeds.

Salgo al circuito y enseguida tomo rueda de Esteban, un Aguaverde que rueda con unas Zipp de perfil...no me da tiempo a disfrutar de su sonido, porque el amigo empieza a tirar como un loco en la primera subida a Garabitas. Me estallan los cuádriceps, pero consigo aguantarle y cogemos a uno con traje de Spiuk con los que formaremos un grupo de comecocos durante las cinco vueltas que dura el segmento. Los tres a relevos pasamos a un montón de ciclistas, aunque a partir de la cuarta vuelta la inmensa mayoría son doblados.

Esteban, su Zipp trasera y yo.

El momento "pro" lo protagoniza el del traje Spiuk en la tercera vuelta. Llevamos detrás a tres rémoras que no dan ni un relevo (dos porque apenas pueden mantener nuestra rueda, en mi opinión). El amigo planea un ataque en la subida a las pistas de tenis con Esteban y conmigo a lo Pereiro y Vinokourov..."cuando llegue la subida, atacamos los tres a la vez". Parece divertido y en la subida está Sonia y la familia de Luis, que no paran de animar, así que como soy un flipado...me apunto. Tomamos la curva cerrada y a todo gas hacia arriba...las pulsaciones por los cielos, las piernas calentitas...miro atrás...y los tres tíos coronan a cinco segundos para cogernos sin problemas en la bajada.


El del Spiuk, Esteban, yo y "los otros". Foto de A. Bermejo.

Nos dejamos de historias, y seguimos tirando los tres. En la 4ª subida a Garabitas Esteban afloja un poco (menos mal) y hago la mitad de la subida a saco, pero tampoco dejo a nadie. Al final uno cae de maduro en el llano (???) y los demás nos bajamos en la T2 mientras alguien grita "Muy bien, fulanito, vas el 19º"(11º en el parcial de bici, 1:15:30).



Mi bajada en la T2...luciendo mis calcetines blancos "a lo Moreau", como diría Rubén Moñino. Foto de A. Bermejo.


La T2 sigue siendo mi punto fuerte en triatlón. Me da tiempo de cambiar las plantillas ortopédicas de las zapas a las de correr, de tomar un gel y de salir por delante de todo el grupo. Cuando llevo 500m me pasa como un Sputnik el del Spiuk..."¿y para eso tanta prisa en la bici?". Lleva un ritmo a años luz del mío, pero aún así me noto realmente bien, y poco a poco le voy sacando tiempo a Esteban y a "los otros". La primera vuelta me sale en 10:30...miro el reloj dos veces, por si son 12:30 o 11:30, no, no, son 10:30. Voy como un tiro y no me explico porqué. Me cruzo con Sergio, chocamos manos y me dice no se qué...le saco unos 9 minutos, cuando hace dos meses nos bajábamos juntos en Medina de Rioseco.

La segunda vuelta bajo el ritmo (insostenible para mis 200km acumulados de carrera...en toda la temporada) y en la tercera lo mantengo en torno a 10:50. A grito de "Vamos Armadillo!" la carrera a pie es como siempre un placer, con el ya clásico choque de manos con Sergio, que está corriendo exactamente a mi ritmo en cada vuelta lo que nos permite cruzarnos delante de Sonia, Nerea y Laura, con Pablo, y con dos que no conozco aún (José Luis y Luis), pero que nos animamos mutuamente como si estuviésemos a punto de acabar un Ironman.


En la última vuelta, superando al grupo de Luis. Foto de A. Bermejo.

La recta de meta no la puedo disfrutar mucho, porque uno muy alto que viene a mejor ritmo me obliga a sprintar para aguantar la posición, pero acabo fresco e increiblemente satisfecho. Me abrazo a Sonia, me acuerdo de lo que me ha costado volver a hacer trialones, de la promesa de mi preparador José Andrés de que volvería a correr olímpicos, le dedico la carrera al médico que me dijo que nunca volvería a hacer deporte, y me voy a comerme un trozo de melón y a beberme un Aquarius.


Aquarius y melón...idiosincrasia armadilla.

Parcial 38 42:14... en meta 21º, 2:24:50. Mi mejor triatlón con diferencia y lo mejor es que aún no me explico cómo ha podido salirme tan bien. Será que aquí simplemente vine a disfrutar...y hay que ver lo que se disfrutan las cosas cuando cuesta llegar a ellas...


Día para enmarcar...foto para enmarcar. ¡Gracias Armadillos!