ECOTRIMAD 2013, la visión de un superviviente

Un ½ IM es una pequeña locura. El que piense lo contrario no está muy cuerdo……y me da que en este club más de uno está perdiendo la cabeza!!!

La verdad es que nunca pensé que me volvería apuntar a hacer otra prueba de media distancia. Y los días antes a la prueba, no pensé que por haberme apuntado lo fuera a hacer. Lo que nunca tuve claro, es que la fuera a terminar. Problemas con los gemelos derivados del fútbol no me dejaron entrenar casi nada la carrera. Así que dudé hasta el final. Por eso decidí seguir una táctica muy simple: nadar y montar en bici al tran-tran y correr lo que pudiera.

Al final, después de una semana mirando más el tiempo que un novia en capilla, se pudo nadar lo previsto (o más, según cuentan). El neopreno es la leche. Tan calentitos que íbamos. La ida a la presa como todo el mundo, contento. La corriente favorecía que fueras del tirón, sin curvear. El caos vino a la vuelta de la boya, porque la gente volvía por el mismo camino, otros se despistaban y la siguiente boya se intuía. No se iba mal del todo cuando cogías ritmo, aunque la corriente fuera en contra. El giro de la segunda boya fue algo criminal. No sé si levantó viento, o la corriente venía de lado, o quizás que llevas ya unos cuantos minutos en el agua, pero di más bandazos que otra cosa. Todo el rato corrigiendo. Somos afortunados por nadar en sitios como este. Después de nadar en la Casa de Campo con su fondo misterioso, en Tres Cantos con sus algas y en el Juan Carlos I con su lodo, creo que es lo más bonito en natación que he hecho. La presa al fondo, el monte, las olas……un espectáculo.

La subida a la T1 tranquilo. Es lo bueno de un tri de media distancia, que vas sin agobios. Creo que he batido mi récord en T1. Me puse todo lo que llevaba: calcetines, zapatillas, botines, maillot y chubasquero…..ande yo caliente….

En la T1 cruzo unas palabras con José Luis, al que tampoco veo muy agobiado. Se ve que es cosa del club. Aparece Sergio al poco y la pena es que soy tan lento que no consigo salir antes que él….siempre me gusta desearle suerte cuando me pasa con la bici ;-).

El recorrido de bici es bonito. Arriba-abajo, abajo-arriba. Pantanos, presas, monte. Me llama la atención la cantidad de salidas de cadena en la primera cuesta, se ve que muchos pensaban hacer la primera subida en plato grande. Por primera vez en un tri estreno el manillar de triatleta que compré en el 2009, y me gusta la experiencia. Aunque viendo los manillares de la peña, creo que estoy algo anticuado.

Eso sí, estoy convencido que el entrenamiento con lastre me ha ido bien.

La primera vuelta la disfruto bastante. Subo a ritmillo y bajo acoplado lo que puedo. La segunda también, pero ya voy más justito. En fin, que montar casi tres horas en bici termina cansando, qué leches. Como y bebo todo lo que puedo y más, siguiendo los consejos del gurú Manu. Eso de los geles y las barritas está muy bien, pero la hora de la comida me pilla en la bici y no me habría importado apretarme un bocata en alguno de los pueblos de la sierra.

Al final consigo uno de mis humildes objetivos, bajar de 3 horas en la bici. Para celebrarlo, me pego un paseo en la T2. Pienso que si al final tengo que abandonar por los gemelos, que sea en la carrera y no en la T2.

Empiezo a correr y la cosa que parece que va bien. Las medias compresoras parece que mantienen los gemelos a tono. Pero llego a la presa y los molletes esos de los cuadriceps, justo por encima de la rodilla, empiezan a temblar. En fin, toca dar el espectáculo. Cuando vas muy cargado no se puede estirar cuadriceps de pie, hay que tirarse al suelo como un perro y dar lástima a todo el mundo…..gracias a todos los corredores que se interesaron por mi!!!

Consigo estirar y sigo corriendo. Soy un poco dejado y no conozco el circuito. Así que voy tan feliz por la presa y vuelta. Un poquito de subida y bajada brutal. Cuando empiezo a bajar una chica que subía empieza “abandono, no puedo subir esta puta cuesta dos veces más”…..joder, debe ser fina la cuestecita. El circuito es muy cabrón. Bajas mucho y luego toca subirlo todo. A mitad de la primera bajada es el isquio el que dice “ojito”. Toca estirar entre los matorrales. Las escaleras las subo andando, y las cuestas más pronunciadas también. Intento andar rápido, como hacen el Kilian Jornet y compañía….pero claro, ellos lo hacen en el Mont Blanc y yo en Buitrago.

La segunda vuelta creo que es la que mejor hago, a un ritmo trepidante y casi sin molestias. La verdad es que haber hecho varias carreras a 7’/km me permiten ir a ese ritmo y no volverme loco. De hecho, se disfruta más del paisaje. Por precaución zampo todos los plátanos que pillo, por el potasio, los calambres y demás teorías. Creo que acabé empachado y todo.

Cuando acabé la segunda subida, supe que acabaría el triatlón. Ese es uno de los mejores momentos. Cuando sabes que vas a terminar. Esto es muy largo, pueden pasar muchas cosas, pero saber que vas a acabar, joder, es grande. Como digo soy un superviviente, así que para mi lo importante era acabar. La última bajada divisé campos de flores moradas a lo lejos, disfruté con el ánimo de la gente (“vamos, que ya tienes algo que contar en la cena de navidad!!) y saboreé el paseo final por la muralla…..soy finisher!!!!

P.D: Manu, Sergio, muy grandes, gracias por esperar tanto en meta. Y para colmo no me voy con vosotros y me pego un masaje reparador. Prometo compensaros en el siguiente triatlón (o en el bar directamente!!!)