Campeonato de España de Pontevedra Grupos de Edad

Pues allí estábamos, cuatro años después, en otro Campeonato de España, esta vez en Pontevedra.  Mi recuerdo de Ferrol 2008 era haber salido casi el último del agua, una buena remontada en bici y una carrera discreta, pero disfrutándola a tope. Aquel día corrimos 138 en mi grupo de edad y quedé de 108. En esta ocasión la clasificación había sido mucho más dura, y sólo había 70 apuntados: el nivel amenazaba con ser tremendo. La bicicleta de Pontevedra me iba mucho peor que la de Ferrol, por lo que me presentaba perfectamente mentalizado para quedar de los últimos…pero aún así me ha resultado dura una carrera en la que te ves siempre tan atrás.

El día ya se fastidió nada más tirarme al agua…a la segunda brazada noto un pinchazo en el hombro, en el mismo punto donde me hice daño hace unos meses arrancando el cortacésped. No sé si tendré alguna ligera tendinitis o qué. A partir de ahí ya sabía que me iba a costar el arrastre con el brazo izquierdo. Sin tiempo para pensar en ello mucho más, se da la salida de mi grupo de edad a las 15h, con humedad pero no demasiado calor. Natación en río, con neopreno, a una vuelta. A los 50m ya veo que voy de último, pero intento concentrarme en nadar tranquilo. Me duele el hombro y voy incómodo, perdiendo referencia de todos los nadadores menos uno. En el punto de giro paso en 15:40, con una canoa al lado recordándome que soy el farolillo rojo. La vuelta se me hace eterna y al salir del agua en 33:20 Sonia y Moñino, ponen cara de circunstancias “Venga, que acaba de salir uno, a ver si lo pillas”. Puesto 68 de 68.

El hombro no es una excusa válida. Realmente, si hubiese nadado en los 29:00-30:00 que sería lo esperable, hubiese salido de penúltimo, si bien es cierto que la sensación hubiese sido muy distinta. Cojo la bici y decido intentar hacer borrón y cuenta nueva. Pero no es fácil. La bici es llana y aburrida, no saco el plato en ningún momento. Son cuatro vueltas, por el recorrido del clasificatorio, con una prolongación y algunos tramos peligrosos bien corregidos. Adelanto en la primera vuelta a dos triatletas que no me siguen rueda, y al final de la segunda veo que me dobla el primer clasificado. Le cojo rueda un momento, pero enseguida la juez me dice que no puedo. Me dejo caer al grupo perseguidor, en el que en la tercera vuelta ya se mezcla gente del grupo 35-39. Aquí ya no hay quién se entere, pierdes la noción de a quién pertenece cada corredor que vamos alcanzando, así que mi posición en este grupo supongo que ya es legal. Es un poco absurdo la regla de no dejar ir a rueda cuando te doblan pero mezclar grupos en competición en vueltas distintas, incluso se veían mujeres en pelotones de hombres. En contra de lo que pasó la semana pasada en Coruña se va muy tranquilo…de hecho el ritmo es bastante bajo. En la cuarta vuelta ya entran casi todos y me quedo con el 10º clasificado de 35-39, un andaluz al que relevo lo que puedo hasta la T2 en una cuarta vuelta muy rápida. Puesto 51 de 68.

En la T2 alguien que no era triatleta en competición pululaba junto a mi box y no sé bien qué hicimos pero casi lo atropello. No sé si era un juez, un espontáneo o un triatleta dejando cosas. Golpeo la bici contra el hierro del box al esquivarlo, se me suelta una zapatilla y se me rompe un pedal (de esto me enteré al llegar a casa). Salgo a correr con ganas de repetir los tiempos de A Coruña, en un recorrido llano y feo, pero aunque de piernas voy muy bien, la cabeza no funciona. 

 

Es curioso lo importante que es la mente para obligarte a sufrir…en Coruña me bajé de la bici sin muchos ánimos pero adelantar a un montón de gente me hizo crecerme y acabar dándolo todo. Aquí al contrario, alcanzo sólo a dos y calculo que el siguiente me lleva 3 minutos. Además me doblan continuamente los más fuertes de mi grupo de edad. Paso el km 4,4 a un ritmo de 4:10/km pero a partir de ahí la mente me dice que no quiere sufrir más. De hecho, sólo pienso en que quiero que acabe cuanto antes, cuando el 90% de la veces desde la lesión disfruto la carrera a pie como si fuese un privilegio poder correrla. Con pulsaciones bajísimas me arrastro las últimas dos vueltas controlando que no me alcance nadie y paro el crono en unos más que discretos 43:36, parcial 52 de 68, para un total de 2:24:11, algo así como 8 minutos más de lo previsto. Puesto final 63 de 68 según las clasificaciones, aunque dos competidores hicieron una vuelta de menos y deberían haber sido descalificados. El circuito era lioso, con 4 vueltas de 2,2 más un tramo de enlace y muchos ida y vuelta hasta conos, pero si sales de los últimos de la bici ¿no debería parecerte extraño correr el 10.000 por debajo de 31 minutos?

 

Agradezco a Sonia y a Moñi el aliento increíble en todo momento (yo creo que los que te quieren te animan más cuanto peor quedas), y juntos animamos a Jesús, que a pesar de ir bien posicionado viene completamente petado en la carrera a pie. Sus problemas con el tendón le impidieron hacer una clasificación espectacular.

Como conclusión creo que tengo que aprender a sufrir más cuando las cosas no salen, tu resultado relativo no puede condicionar tanto tu nivel de esfuerzo. Ahora a recuperar el hombro para que no me de la lata en el Titán, que es dentro de tres semanas y me hace muchísima ilusión encadenar este año Aviaman – Riaza - Titán. De piernas me veo muy bien, aunque falto de puertos en bici. Y en esta ocasión sí…al revés que en los dos halfs anteriores, el perfil del Titán asusta de verdad.