lunes, 9 de junio de 2008

PÁNICO EN EL LAGO

En condiciones normales esta crónica debería titularse “mi debut” o algo así, pero lo que pasé ayer no merece otro nombre. Como de las malas experiencias también se aprende, aquí va la mía.

- Oye Sergio, que yo no he nadado un largo en mi vida.
- 750m nadando no es nada. Tú fedérate, corres los duatlones, y lo intentas con algún triatlón.
- Venga, vale.

Sí, yo soy “difícil” de convencer para estas cosas, y Sergio lo sabe. Once sesiones de natación después le doy la razón: en la piscinita de 25m, viendo el fondo, y con tres personas por calle, 750m no son nada. Es más, en las últimas sesiones he nadado 1.500m sin muchos problemas y casi sin parar, así que me voy todo pancho a correr mi primer triatlón a la Casa de Campo pensando más en cómo coger buenas ruedas en la bici que en el primer segmento de la carrera.

Hora de encuentro: 8.15 frente a la recogida de dorsales. Aparcamos a las 8.30, pero entre hinchar las ruedas y darle una cámara a uno que había pinchado nada más bajar la bici, llegamos los últimos y ya con prisas. Gustavo me trae una goma elástica para el dorsal (gracias!) pero está pensada para su cintura y a mí me queda bastante pequeña. Tras dos intentos infructuosos intentando que supere mis caderas, me decido a ir a la tienda a comprar un cinturón mientras dejo a Sonia reforzando el cierre con cuatro imperdibles.

Tienda:

- No nos quedan cinturones para dorsales, los acabamos ayer. Pero seguro que en la organización te dan goma elástica.

Organización:

- No nos queda goma elástica, la acabamos ayer.

Caray con “ayer”. Sonia ha hecho un buen trabajo (gracias!) y con mucho cuidado de que la goma no se rompa consigo ponérmela en la cintura. Rápido, a la zona de transiciones.

Los otros armadillos ya están casi listos. Dejo las cosas con calma, parece que aún tengo tiempo. Vamos a ponernos el neopreno de Fer (gracias!), que el pobre está lesionado pero se ha dado el madrugón para animarnos, como las incondicionales armadillas (gracias!), vosotras sí que tenéis mérito. A Fer se le ve que disfruta al ver tanto Armadillo, porque se está muriendo de risa al lado de Sonia…ah no, se ríe porque me estoy poniendo el neopreno con la cremallera hacia delante. Nunca llegaré al nivel de Mr. Diesel, pero soy un alumno aventajado. Saco neopreno, lo pongo de nuevo, y le pido a Sergio que me lo cierre. “A la cámara de llamadas!”. Leñe, si aún tengo la mochila. Me la coge Fer (gracias!), y venga, que esto empieza.

Estoy muy tranquilo, charlo un poco con Carlos, el nuevo fichaje, y con José Luis, el juez árbitro y amigo mío, que me mira con escepticismo (sabe que apenas llevo un mes nadando). Miro a mi alrededor y veo a 80 tipos dispuestos a darse palos en el agua. La estretegia mía es sencilla: dejar que se tiren todos, y nadar tranquilo. Suena la bocina y empieza mi primer triatlón.

Cuento hasta cinco desde que saltan todos y me tiro al agua. Un armadillo ha tenido problemas con las gafas y casi me lo trago cuando me tiro de cabeza. Empiezo a nadar respirando cada dos, ya cambiaré a cada tres si me veo bien. Me angustia un poco la sensación de no ver el fondo, pero la verdad es que me encuentro cómodo. El neopreno me oprime al respirar pero me ayuda con la flotabilidad, y sacar la cabeza es más fácil. Llevo 150m y de repente choco con alguien. ¿Alguno está nadando más lento que yo? Cambio a braza, giro la cabeza y veo como a 15 o 20 tíos detrás pegados a mí. ¿¡Qué es esto!? El grupo se ha comprimido desde la salida y he adelantado a algunos. Empiezo a ponerme nervioso y eso no es bueno.

Me faltan unos 50m para la boya de 300m, creo que cambio mi trayectoria sin querer y alguien me da una patada en la boca. Trago agua, me quedo aturdido y se me descolocan las gafas. Me paro, recoloco las gafas y entro en pánico. Soy incapaz de moverme mientras noto el corazón latiendo a todo meter. Intento nadar otra vez a croll, pero no coordino la respiración. Intento a braza, tampoco. Intento a braza sin meter la cabeza, y apenas avanzo. Así como 2 o 3 minutos. Estoy muy estresado y los últimos nadadores me van dejando atrás. Veo a un chico en el mismo estado que yo que va de rojo, y empiezo a pensar aquello de “¿qué hago yo aquí? ¿qué hace este aquí?”. Me agarro a la boya de los 300m y me tranquilizo un poco. Empiezo a nadar a braza sin meter la cabeza y así avanzo otros 100m por lo menos. De repente llega la barca de la organización, nos miran con cara de circunstancias, y nos dicen “¿queréis subir?”.

Paso rápidamente del pánico a la vergüenza, me río un poco de mí mismo, y decido que ni de coña me tienen que rescatar en barca de un estanque. Las pulsaciones bajan y empiezo a nadar medio bien, respirando cada dos, otros 100m. De repente me pasa el primero de la tanda de los gorros amarillos. Miro hacia atrás y veo una nube de espuma, brazos y gorros amarillos por todos lados. Segundo ataque de pánico, esta vez más controlado. Sigo nadando escorándome hacia el exterior del lago para que me adelanten sin problemas y por fin llego a la rampa azul.

Allí está Fer que, con un par de narices, me da ánimos diciendo “venga, que aquí tienes un buen grupo para la bici”. José Luis con cara excéptica comenta un poco más adelante “bueno, no pasa nada, que ahora viene lo tuyo”. Escucho los ánimos de Sonia y solo espero que no me haya podido ver pasarlo mal en el lago entre tantos gorros…

La T1 no tengo ni idea de si me salió bien o mal. No la recuerdo. Con el susto aún encima me subo a la bici, pero las piernas no van. Subo la primera rampa del teleférico a 14km/h, cuando entrenando lo subo a 17 y no rompo a sudar hasta el falso llano de arriba. En la bajada adelanto unas cuantas mountain bikes naranjas y casi al final engancho grupo de dorsales amarillos.

Empieza la segunda subida, me encuentro mejor. Recibo los ánimos de la afición armadilla, adelanto en algún punto indeterminado a Pancho que me grita (perdona, no te vi) y en lo más duro a Óscar, al que sí que me da tiempo a animar. Dejo a los del grupo y engancho rueda a dos de un club con tritraje naranja. En la bajada apenas tiran en los relevos, pero recordando mi desgaste del novato en el duatlón en este terreno aprovecho para beber y dejar correr la bici sin dar pedales. 34km/h bajando, vamos de paseo, pi pi pi. Llegando a la avenida de los Plátanos nos pasan tres a saco y me pego como una lapa a sus ruedas, dándoles un buen relevo. Alcanzo a Pablo y le grito que coja rueda al menos hasta abajo. No sé si me hace caso, pero cuando empieza la tercera vuelta ya no está detrás.

En la tercera vuelta me vengo arriba. Paso a Dani, al que se le ve muy bien. Este chico se multiplica por tres del duatlón al triatlón. Subo la rampa dura sin bajar de 18km/h, la mejor subida de las cuatro vueltas, saludo a la hinchada armadilla y Fer me anima a coger a Gustavo, que circula 1’30” delante. Me he olvidado del incidente en el agua, y por primera vez estoy disfrutando. De repente me pasa un “naranja” por la izquierda. Hago la lapa a su rueda y empiezo a oir gritos de un juez en moto.

- ¡Que no puedes!
- ¿Cómo que no? ¡Si yo también soy naranja! (Razonamiento inexplicable y estúpido que pasa por mi mente a 170ppm).
- ¡Que vas doblado!
- Ah, vale, pues lo avisas y ya está, no hace falta que me grites. (Espero que el juez no sea el mismo que el de la barca, porque me estoy cubriendo de gloria).

Vale, pues me aparto. Me doy un sprint en la bajada arriesgando un poco para enganchar un nuevo grupo y aquí sí que se va rápido y cómodo. Relevamos cinco y alcanzamos a ratos 50km/h donde en la vuelta anterior he ido a 34. Cuando empieza la cuarta vuelta veo a Sergio que me saca unos metros.

Empieza la última vuelta, adelanto a Sergio y dejo a los del grupo. Al coronar veo a Gustavo a lo lejos, en medio debí de pasar a Carlos, pero ni me enteré. Me alcanza por detrás un chico muy alto con tritraje azul y dorsal amarillo. Pienso que este viene de atrás muy fuerte porque es el primero que me pasa sin contar al que me dobló. Chupo rueda subida y principio de la bajada, pero en la curva a izquierdas el tipo baja a saco, yo tomo precauciones y pierdo su rueda. “Ni de coña”, pienso. Me doy el sprint del día en la parte final de la bajada, paso a Gus, al que animo para que me siga y alcanzo al de azul. Le doy un relevo todo lo fuerte que puedo, pero el tipo tira muchísimo más que yo, así que toda los Plátanos a rueda. Llegando a la transición se me rebota.

- ¡Ya está bien! ¿no? Vamos hasta meta, joder.
- Perdona, pero es que casi no puedo ni seguirte. Además no te preocupes, que me llevas 5 minutos.

Le doy un último relevo de compromiso, pero ya me estoy descalzando para hacer bien de una puñetera vez la bajada a la T2. Descalzo, pierna por detrás en marcha, y abajo. ¡Perfecto! Algo que me sale bien hoy...

Llego a la T2 y me grita Fer que soy el primer Armadillo. Sé que Gus me pasa corriendo y que Carlos tiene que ir por delante porque no lo he visto, así que voy a disputarle a Sergio el tercer puesto del equipo. Piensa que te piensa, empieza el show de Benny Hill, capítulo dos.

Con mucha calma me pongo las zapatillas, y paso el elástico por encima de las caderas a cámara lenta para no romperlo. Ya está. Salgo a correr…de repente oigo la voz de José Luis (el juez árbitro)

- Manu, el casco!!!!!!

Genial, marcha atrás y dejo el casco cuando Gus entra en la transición. Salgo a correr…de repente oigo la voz de una juez:

- El dorsal, llevas el dorsal al revés!!!!!!

“Ni de coña paro ahora a cambiarme el dorsal, sácame amarilla si quieres, pero yo no me paro”, pienso. La carrera se me hace pesada, me falta motivación. Gus me pasa en el km 1,5 y Carlos como una flecha en el 2. Sé que no tengo nada que hacer con estos dos, y mi crono final está machacado por lo del agua, aunque sé que en la bici he ido mejor de lo que esperaba. Los isquiotibiales me dan avisos, así que me dedico a controlar la renta de 20-30 segundos que tengo con Sergio y a saludar a todos los armadillos a medida que me los voy cruzando, público incluído. Sergio aprieta con su impresionante espíritu competitivo y me hace exprimirme al 100% en el último km para entrar con 15” de ventaja. Espero a que entre en meta y me abrazo con él. 1h20m25s. Pienso que él es el cabronazo que me ha metido en esto. (Gracias!)

Cuando enfrío un poco empiezan las típicas conversaciones y me doy cuenta que sigo un poco estresado, así que me voy solo a la zona de transición y allí me relajo recogiendo las cosas. Por cierto, faltaron las cañas… el único pero al club. :P

Soy sincero: no lo pasé bien, ni siquiera en la mayor parte del segmento en bici. Pero el ambiente en el club es tan cojonudo que no me planteo ni de coña renunciar a estos momentos con todos vosotros. Sois de lo mejor que he encontrado en Madrid. ;)

Gracias a todos, espero poder disfrutar en el siguiente triatlón.

7 comentarios:

serbio dijo...

Manu, eres un auténtico crack. Tremenda remontada, al final sólo te faltó ganar. Cuando me pasaste en la subida al teleférico intenté seguirte pero era como intentar seguir a un rayo.
Estupenda la crónica, nos vemos en Tres Cantos, ¿no? Ahí no vas a tener teleféricos que te ayuden y te pienso machacar!!!!

Ah!, y a Vigo con un par!!!

Pablo dijo...

Manu, enhorabuena por el debut y por la crónica
Gracias por animarme a coger rueda, fue una buena experiencia!!!
Cogí toda la bajada (chupando rueda, lo de los relevos lo dejo para el próximo triatlón), hasta la curva de meta, donde tomé mis precauciones.
Total, en la subida no os iba a aguantar ni de coña, con mi molinillo veloz.
Prepárate para 3 cantos: nado en lago con algas.
Si hasta ahora te daban palos por arriba, ahora se te engancharán las manos en el fondo.
Una nueva experiencia !!!

Anónimo dijo...

Buenisima crónica, Manu. Lo bonito de este deporte es que son tres distintos, y aunque te falle uno siempre puedes recuperar. Yo creo que me voy a dedicar a nadar unicamente. jjjj. Que no cabrones, que tengo a Pablo en el punto de mira y a Sergio.. bueno lo mismo no (estas enorme). En la siguente os machaco.jjj. Manu te quiero ver en tres cantos. Lo de las algas es una experiencia bonita.

Anónimo dijo...

Grande Manu! Gran debut y mejor crónica.Eres un verdadero monstruo de las galletas en bicicleta!Respecto al dorsal, pontelo detrás para que te reconozcamos cuando nos pases con la bici

Me quedo con tus comentarios finales sobre el club; yo, cada vez me siento más identificado con la idiosincracia armadilla ...

Anónimo dijo...

Hay un gallego en el Lago, Lago , hay un gallego en Lago, Lago, que ha llegado de Santiago.

Enhorabuena tío, le has echado un par para presentarte, la verdad es que para tu forma de nadar con los plomos en los pies te has lanzado como un campeón ;-)))

Perfecta experiencia para presentarte en Vigo y conseguir el pase a Ferrol, allí si que disfrutarás al tener más km a nado.

Kayto dijo...

Me encanta este buen rollo que tenéis. Enhorabuena a todos por vivir este deporte de esta manera. Yo he empezado este año, y estuve apuntito de intentar contactar con vosotros. Al final me monté el rollo con mis colegas y aquí tenéis el resultado por si os pica la cuiosidad:
http://objetivolanzarote2009.blogspot.com/
En vuestras fotos del Villa de Madrid, soy el del casco Catlike blanco que jode la foto 230 de la subida de Oscar al teleférico (sorry).
Lo dicho, sois todos unos cracks. Nos veremos en Pálmaces, si no es en Tres Cantos (me lo estoy pensando). Prometo saludar entonces.

Noelia dijo...

Hola Manu! yo debuté el sábado en el triatlón de la mujer y si te quieres reir lee mi crónica http://noeliacrack.blogspot.com porque parece que la historia se repite!!! pero, y el mérito que tenemos??? yo estoy encantada. Saludos y nos vemos en la proxima!